sábado, 2 de junio de 2018

PROYECTO BLUE BEAM

El Proyecto “Blue Beam” de la NASA: La llegada del “nuevo mesías” Cada día asistimos a nuevas revelaciones sobre los planes de una secta elitista global que gobierna el mundo, cuyo único afán es abocar a la humanidad al Nuevo Orden Mundial (NOM). Es decir que el objetivo final es conformar una estructura social compuesta de un único gobierno, una única moneda, un único ejército, un único banco, una única policía y, lo más importante: Una única religión. En esta ocasión, analizaremos la escasa pero, al parecer, concluyente información existente sobre un programa secreto, que los teóricos de la conspiración consideran determinante para la instauración del NOM: El proyecto de control mental “Blue Beam” (rayo acústico azul). “La vieja máxima, ‘divide y vencerás’ se está ejecutando, al extremo, en todo el planeta para garantizar que cada uno de nosotros se sienta tan amenazado e inseguro que vea al prójimo como a un enemigo inmediato. Esto también es control mental”, adelantó Serge Monast el siglo pasado. Este periodista e investigador canadiense alertó, en la década de los 90, de que la NASA en colaboración con la ONU y otras sociedades vinculadas al NOM (como el ‘Club Bilderberg’), desarrollaban un proyecto terrorífico, al que apodó “Blue Beam”. Entre sus fuentes, afirmaba, se encontraban políticos, militares y personal de inteligencia arrepentidos que regalaron a la humanidad, según sus defensores, información que había sido vetada por la élite mundial, con el objetivo de sabotear sus despreciables planes. Lamentablemente, Monast fallecería en extrañas circunstancias poco tiempo después. La causa de su muerte fue un supuesto ataque al corazón, aunque no poseía antecedentes relacionados.Una de las escasas imágenes que se conservan del periodista, ensayista y teórico de conspiración, Serge Monast. Curiosamente, entre sus conclusicó un expediente, del Dr. Robert Becker -autor del libro “The Body Electric” y nominado al Premio Nobel- que demostraba la posibilidad de inducir ataques al corazón a distancia, dirigiendo hacia el pecho de la víctima rayos de radio frecuencia. En sus anotaciones describió “El Proyecto Blue Beam”, como la trampa de control mental de mayor magnitud jamás ideada. Este plan cumpliría con el doble objetivo de provocar tanto la aniquilación de gran parte de la raza humana, como la dominación mental de los supervivientes. El engaño consistiría, principalmente, en orquestar una descomunal operación de “puesta en escena” mundial, para simular la llegada del nuevo “mesías” a la Tierra. Durante todo el plan, además, se producirían una serie de catástrofes, que empujarían a los damnificados a refugiarse en un Nuevo Credo Mundial auspiciado por el NOM. Después de analizar cuantiosa información, pronosticó, que incluso antes de activar tal proyecto se ocasionaría un período de gran anarquía política y tumulto generalizado, originado por un colapso económico de dimensiones extraordinarias. En sus numerosas conferencias, subrayó que el “Blue Beam” de la Nasa consta de cuatro etapas, encaminadas a “implementar una Nueva Religión Mundial en la Tierra, liderada por el Anticristo”. Primera etapa: Desacreditar el conocimiento adquirido a través de los descubrimientos arqueológicos La fase inicial del proyecto Rayo Acústico Azul establecerá los cimientos necesarios para su desarrollo, cumpliendo el objetivo de desacreditar a las religiones tradicionales, en especial a la cristiana. Se ejecutaría provocando terremotos artificiales en ubicaciones precisas y preciosas alrededor del planeta, reconocidas porque se supone que albergan los antiguos misterios religiosos que sirven de fundamento a las distintas creencias. Jerusalén, capital de “Tierra Santa”, posible objetivo de las supuestas catástrofes. Después, en estos lugares siniestrados, los científicos realizarían “nuevos descubrimientos”, que explicarían convincentemente que todas y cada una de las doctrinas religiosas son erróneas, y que el hombre nunca entendió el verdadero significado de las creencias religiosas fundamentales, que las ha malinterpretado. Acto seguido, responsabilizarían a las religiones del enfrentamiento de “hermanos contra hermanos y de naciones contra naciones”. Concluirían que lo más sensato sería abolirlas. En este acto, también tendrán lugar otros tipos desastres ambientales provocados artificialmente, porque el supuesto cambio climático también servirá para vender esta terrible mentira. Aunque, a priori, pueda sonar a ciencia ficción, las tecnologías que causarían estos desastres, han estado desarrollándose, detrás de escena, desde el siglo pasado, y el concepto de ‘guerra medioambiental‘ está muy presente, hoy día, en todos los manuales militares. El 18 de mayo de 1977, en Ginebra, tuvo lugar la Convención sobre la Prohibición del Uso Militar u otro Uso Hostil de Técnicas de Modificación Ambiental, durante la cual se firmó un tratado de la ONU, que detalló los fenómenos susceptibles de ser provocados: “Terremotos y tsunamis; una alteración del equilibrio ecológico de una región; cambios en los patrones meteorológicos (nubes, precipitaciones, ciclones y tormentas tornádicas); cambios en los patrones climáticos; cambios en las corrientes de ozono; cambios en el estado de la capa de ozono y cambios en el estado de la ionosfera”. El informe de la Fuerza Aérea de EE.UU. AF Final Report 2025, cita: “El combatiente dispondrá de una amplia gama de posibles opciones para defenderse o atacar al adversario… Capacidades tales como la creación de inundaciones, huracanes, sequías y terremotos”. En Intelligence Newsletter, con fecha del 16 de diciembre de 1999, Marc Filterman, ex oficial militar francés, esbozó algunas “armas no convencionales”, dejando claro que “los EE.UU. y la Unión Soviética disponían de los conocimientos para desencadenar repentinos cambios climáticos (huracanes, sequías…) desde principios de los 80”. Algo a considerar, es la predicción que hizo John von Neumann (1903-1957), eminente matemático y consultor militar: “La intervención en materia atmosférica y climática… fusionará los asuntos de cada nación con los de las demás, más profundamente que la amenaza de una guerra nuclear”. Por su parte, varios medios alternativos coinciden en señalar que los expertos e investigadores sospechan que son esos enigmáticos campos de antenas repartidos por todo el mundo, (usando como pantalla de rebote para las ondas las emisiones químicas de los Chemtrails) los posibles detonantes de los peores desastres ambientales acontecidos en los últimos años. Uno de estos controvertidos campos de antenas es el HAARP (High Frequency Advanced Auroral Research Project, por sus siglas en inglés). Una agrupación de varios centenares de antenas, capaces de liberar a la atmósfera billones de ondas de radio frecuencias, y producir desequilibrios ambientales de todo tipo, en zonas extensas, durante períodos continuados. Segunda y tercera etapa: Proyección holográfica desde satélites e hipnosis telepática Las dos fases siguientes se complementan, ya que son los aspectos visual y acústico de un gran show que tomará el cielo como escenario. Mediante tecnología láser, se recrearían colosales e impactantes holografías de deidades. Usando el cielo a modo de gran pantalla, se proyectarían figuras tridimensionales, desde satélites que orbitan a unos 90 kilómetros de altura. Se actuarían apariciones impresionantes y majestuosas de deidades (Cristo, Buda…) en todos los rincones del planeta, sin excepción, las cuales expresándose en los idiomas locales, declararían pública y solemnemente que todos deberían unirse a la nueva religión. La parte acústica, por su lado, se realizaría mediante la transmisión de ondas, de baja frecuencia (a niveles telepáticos) en las bandas de las ELF, VLF y LF. Estas alcanzarían el “milagroso” efecto de hacer sentir que la supuesta deidad nos habla a cada uno de nosotros directamente, que escuchamos una “voz divina” nacer en lo más profundo del alma. Porque, argumentaba Monast, tal radiación electromagnética posee la capacidad de entrelazarse con los pensamientos normales, y generar respuestas mentales “artificiales”, es decir, puede modificar la conducta. Imágenes captadas en cámara real -¿posibles test que simulan ser nubes?- y recreación por ordenador (derecha). En la actualidad, existen herramientas capaces de generar proyecciones tridimensionales en el cielo, como se ve en el siguiente vídeo, pero que existan dispositivos capaces de cambiar nuestro pensamiento, resulta algo más complicado de demostrar, aunque no imposible. Nick Begich, investigador científico independiente, fue uno de los primeros en hablar sobre las mencionadas antenas de investigación científica capaces de emitir desproporcionados pulsos electromagnéticos. Hace años dijo del HAARP aludiendo a que es una antena terrestre capaz de liberar emisiones masivas de ondas que posiblemente puede provocar efectos devastadores en el planeta y sus habitantes: “Cuando convierte las ondas de baja frecuencia en alta intensidad también puede afectar al cerebro humano, no solo modificar el clima”. Según algunos medios, puede emitir frecuencias extremadamente bajas (ELF), entre los 400-450 MHZ, que actúan como una ventana a la conciencia humana ya que nuestro subconsciente se mueve en ese rango. Dado que los diferentes estados de ánimo poseen diferentes frecuencias, es posible forzar electrónicamente a la población a estar relajada cuando debería estar enojada, a reírse cuando debería estar consternada, y a mostrarse leal cuando deberían rebelarse En diciembre de 1980, el Teniente Coronel John B. Alexander del ejército de los EE.UU. en una columna de la publicación The Military Review,comentó progresos en “la modificación de la conducta por medios telepáticos, incluida la habilidad para inducir estados hipnóticos hasta una distancia de 1.000 kilómetros”. “Ahora es posible el control mental de toda la población del planeta”, concluyó. Tras lo cual argumentó abiertamente que la única resistencia del individuo podría presentarse, solo, si este se cuestiona constantemente la motivación detrás de sus pensamientos y no se deja guiar por los que considera que propasan sus límites ideológicos, bien sean religiosos o morales. En resumidas cuentas, el objetivo final de estas magníficas falsificaciones, según Monast, consistiría en unificar todas las deidades y religiones en una sola. Como cabe esperar, esto despertará la ira y la oposición del pueblo, derivando en “guerras santas”, que conllevarán pérdidas humanas a gran escala. Cuarta etapa: Manifestaciones sobrenaturales por medios electrónicos Este último paso incluye tres vías de acción paralelas. En primer lugar, fingirán que se está produciendo una invasión alienígena, para provocar que todas las potencias mundiales usen su armamento nuclear y contra ataquen. De esta manera, el Tribunal de Justicia de las Naciones Unidas hallaría una justificación para requerir a todos los países que lanzaron su contra ofensiva nuclear que se desarmen, ya que se demostrará que tal invasión, en realidad, fue una ilusión. Al mismo tiempo, se hará creer que tendrá lugar la supuesta intervención divina de una civilización extraterrestre que viene a rescatar a los cristianos: “El falso rapto sujeto a la gran tribulación” (concepto introducido en la religión por el NOM en el siglo XVIII, que tomó vigencia a partir del XIX), cuya verdadera finalidad será identificar y reunir a la oposición de creyentes, de una vez. La tercera vía de actuación es una mezcla de fuerzas electrónicas y sobrenaturales que serán enviadas a través de las fibras ópticas, cables, líneas eléctricas y teléfonos. El objetivo es empujar a todas las poblaciones del planeta al borde de la histeria y la locura, sumergiéndolas en una ola de suicidios, asesinatos y trastornos psicológicos. Después de la Noche de las Mil Estrellas, las poblaciones en todo el mundo estarán listas para que el “nuevo mesías” restablezca el orden y la paz a cualquier precio, aún a costa de la abdicación de la libertad. Hasta la fecha, nadie puede garantizar que el “Proyecto Blue Beam” sea una realidad o una teoría conspirativa, pero la tecnología para llevarlo a cabo sí existe, y hay evidencias de que un sector importante de la denominada élite global, propicia una nueva religión y un nuevo gobierno mundial autoritario.

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